Mujer mayor sola mirando por la ventana

La soledad no deseada en personas mayores: cómo detectarla y abordarla

La soledad no deseada es considerada por expertos como una de las principales enfermedades del siglo XXI. Descubre cómo afecta a las personas mayores y estrategias para abordarla de forma efectiva.

¿Por qué hablamos de soledad no deseada?

Cuando hablamos de soledad no deseada, nos referimos al sentimiento o percepción, que tiene la persona que la sufre, de insuficiencia o pérdida de calidad en sus relaciones con el entorno (familia, amistades, comunidad, espacios…).

Si nos centramos en la etapa que viven las personas mayores, se producen una serie de pérdidas que favorecen la aparición de la soledad, como la falta de seres queridos o el tener que dejar su hogar. Además, la sociedad no nos ha educado para afrontar la soledad, que se incrementa con la edad.

Vicente Madoz, la define como “el convencimiento apesadumbrado de estar excluido, de no tener acceso a ese mundo de interacciones, siendo una condición de malestar emocional que surge cuando una persona se siente incomprendida o rechazada por otros o carece de compañía para las actividades deseadas, tanto físicas como intelectuales o para lograr intimidad emocional”.1

A nivel general, hacemos mención a dos tipos de soledad:

  • La soledad objetiva, que se refiere a la falta de compañía permanente o temporal, que no siempre es una experiencia negativa, sino que en ocasiones puede ser buscada y enriquecedora, sobre todo cuando tiene carácter temporal.
  • Y la soledad subjetiva, que se da cuando con las personas que se sienten solas, padeciendo un sentimiento doloroso, siendo una situación no buscada, sino sobrevenida por la situación personal y que se ve influenciada por el género y el estado civil.

Según el Barómetro de la soledad no deseada en España de 2024, un 20% de la población sufre soledad no deseada, lo que equivale a 1 de cada 5 personas. De ellas, un 37% tiene entre 70 y 79 años. Además, los sentimientos de soledad también varían según el género, siendo más frecuentes entre mujeres (21.8%) que entre hombres (18%).

Los cambios acelerados en la sociedad, el empobrecimiento progresivo de los refuerzos sociales, familiares, culturales e incluso educativos, o la vulnerabilidad ante enfermedades, están desencadenando inestabilidad y sentimientos de indefensión en las personas, favoreciendo el fenómeno de la soledad no deseada.

Causas y consecuencias de la soledad no deseada

Existen diferentes causas por las que la soledad no deseada aparece en la vida de las personas:

  • Crisis de identidad: la persona no se siente reconocida ni identificada.
  • Falta de pertenencia: relacionada con la anterior y con la desconexión con la comunidad.
  • Pérdida del cónyuge: la persona siente que se queda “sola”.
  • Relaciones familiares: en ocasiones pueden resultar tirantes y existir poca o nula relación.
  • Jubilación: puede generar sentimientos de “dejar de ser útil”.
  • Falta de actividades significativas: la persona no encuentra ninguna motivación.
  • Prejuicios y estereotipos: respecto a las personas mayores y entre ellas mismas.
  • Aislamiento social: la persona deja de relacionarse con su entorno inmediato.
  • Pérdida de autonomía: dificultad para aceptar la pérdida de independencia en la vida diaria.
  • Problemas de salud: aparición de enfermedades asociadas el envejecimiento o inesperadas.
  • Escasez de recursos: los servicios comunitarios no cubren todas las necesidades existentes.

Estas causas impactan en la vida de la persona, imponiéndose al bienestar y salud de la misma, llegando a afectar a sus rutinas y su estilo de vida. Hablamos de consecuencias sobre la salud, tanto a nivel físico (cansancio, diabetes, enfermedades cardiovasculares…), psicológico (baja autoestima, depresión…) como social (conductas erróneas, prejuicios, mitos).

Además, existen estudios que afirman que las personas aisladas tienen mayor riesgo de padecer deterioro cognitivo. Por ello, se dice que el sentimiento de soledad influye en la aparición de demencia, independientemente de otros factores de riesgo conocidos.

¿Qué podemos hacer para prevenir la soledad no deseada?

La soledad es fruto de los cambios sociales que van apareciendo en la vida de las personas. Por ello, no debemos pensar en la soledad que afecta solo a un individuo, sino que afecta a muchas personas que conforman nuestra comunidad, con las que convivimos en nuestro día a día, por lo que la solución debe ser colectiva.

Se debe alertar a los diferentes agentes activos y fortalecer la relación con el entorno comunitario para generar un sistema de apoyo mutuo que mitigue los efectos de la soledad no deseada.

Mantener una buena relación con el entorno, proporciona a la persona un mayor bienestar social y se complementa con el cuidado físico y biológico, lo que en conjunto favorece una mejor calidad de vida, clave para combatir la soledad.

Algunas de las estrategias que ayudan a prevenir e intervenir en la soledad no deseada son:

  • Fomentar la autonomía e independencia de las personas, desarrollando recursos individualizados.
  • Brindar apoyo a las personas cuidadoras, facilitándoles recursos socio-sanitarios.
  • Promover el desarrollo de redes de apoyo comunitarias con el entorno más próximo de las personas y el acceso a información para poder entender y manejar mejor las situaciones complejas.
  • Favorecer la participación en la comunidad, impulsando acciones inclusivas centradas en las necesidades de la ciudadanía y donde la red de apoyo es la base de un buen acompañamiento.
  • Educar y sensibilizar a la población sobre cómo prevenir la soledad y cómo apoyar a los demás, como personas pertenecientes a una comunidad.

Estas estrategias favorecen un envejecimiento activo, aumentando la esperanza de vida, reduciendo sentimientos de soledad, manteniendo capacidades y mejorando el bienestar integral de las personas.

El desarrollo de proyectos comunitarios, redes de apoyo y acompañamiento y recursos adaptados a las necesidades de las personas, será clave para garantizar un envejecimiento saludable y libre de soledad.

¿Te gustaría combatir la soledad no deseada en tu comunidad o barrio? ¡Escríbenos!

1 V. Madoz, Soledad, en “10 palabras clave sobre los miedos del hombre moderno”, Verbo Divino, Estella 1998, pp. 283-284.

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